Me envía una exalumna un WhatsApp: “OYE, BRUTAL el fenómeno Óscar Puente, ¿no? Al principio pensaba que era una cuenta fake, pero veo que no”. Hacía referencia al perfil en X del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible del Gobierno de España, un político polémico por sus declaraciones y por sus posts en la red de Elon Musk, pero que a raíz de la crisis desatada por un desastre natural sin precedentes como el de la DANA en tierras valencianas, se ha convertido en fenómeno viral… en positivo. Para que luego digan que la comunicación política y de las instituciones públicas no puede ser sinónimo de utilidad ni proyectarlo así respecto de los responsables políticos que se lo ganen.
Y es que, al drama humano y material provocado por la fuerza destructiva del agua torrencial se sumó rápidamente la sensación de que las instituciones no estaban a la altura. Era lógico mirar en un primer momento a la Generalitat valenciana y a su presidente, pero rápidamente eso contagió a un gobierno de España con el que empezó un intercambio de acusaciones más o menos explícitas, percibido entre capas amplias de la ciudadanía como un pasarse la pelota de la responsabilidad ante la reacción frente a la crisis. Así lo proyectaba la opinión publicada, en los medios tradicionales y en redes.
Y eso iba a más, hasta el punto de viralizar aquella famosa frase de Antonio Machado, “solo el pueblo salva al pueblo”, que venía a mostrar a los gobernantes poco menos que como un estorbo sin utilidad práctica. Error. Porque los recursos públicos bien administrados también “salvan” al pueblo. Están ahí para asistirlo, para acompañarlo, para hacer de red, precisamente en momentos críticos. Pero para que eso pase, falta que se gestione bien y que se perciba así.
¿“El Estado” (con Generalitat y gobierno de España ahí dentro) estaban haciendo suficiente y al mejor ritmo? Parecía obvio que no. ¿No estaban haciendo nada? Muchos podrían creerlo. Y ahí llegó, propaganda en medios y en cuentas institucionales a parte, el singular perfil del ministro Puente en X. Antes había viralizado en esa red, alimentando el algoritmo con ataques sin tapujos a antagonistas políticos como la presidenta de la Comunidad de Madrid, una Isabel Díaz Ayuso que tradicionalmente también ha sabido jugar esa baza. ¿Era el momento para reincidir en ello? No, sin duda. Por sentido institucional, pero, sobre todo, por sentido común y por respeto a las víctimas y afectados por la DANA. Eso sí, partiendo de una posición de fuerza en esa red, el ministro supo aplicarse eficazmente en cambiar de lo polémico a lo útil, o como mínimo, a la proyección efectiva de ello.
Fotos y vídeos sobre el terreno, enumerando las obras de reconstrucción, tareas preparación para poner vías en túneles arrasados, obras por ejemplo a las 3:53 a.m. de “restitución del by pass Valencia A-7” o hablando del “brillo en los ojos” de los trabajadores que ven posible restablecer circulación en ciertas vías de tren. Las comparticiones de sus publicaciones que empezaron a contar por miles y empezaron a circular memes sobre él, a lo que el ministro supo reaccionar:
“Me llegan vuestros memes, claro. ¿Pero sabéis a quienes les están llegando de verdad? A los trabajadores que reconstruyen las infraestructuras, que se sienten reivindicados y reconocidos. En las emergencias se suele hablar de bomberos, policías, militares, voluntarios…pero se habla poco de los que se dejan la piel por recuperar cosas que damos por hechas o que no valoramos lo suficiente. Vaya por todos ellos”.
Y acompañaba el post con algunas imágenes de esos memes.
El pensador George Berkeley ya advirtió hace un par de siglos que “ser es ser percibido”. Puedes parecer parte del problema o de la solución, con una misma gestión entre manos, según lo sepas comunicar o no. Puedes ser, por tanto, percibido y legitimado como útil, o, todo lo contrario. No hace falta rendirse a lo previsible, sobre todo, si crees que lo que tienes entre manos merece la pena.
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