Al magnífico embajador florentino ante el Sumo Pontífice y benefactor suyo Francesco Vettori. En Roma. Magnífico embajador. Tardas nunca serán gracias divinas. Digo esto porque me parecía haber no perdido, sino extraviado vuestra gracia, pues habéis pasado mucho tiempo sin escribirme, y dudada de dónde pudiera nacer la causa de ello. Y de todas las que me venían a la mente hacía poca [...]