Bauhaus
El crisol de la modernidad

1.
UNA ESCUELA REVOLUCIONARIA

El 12 de abril de 1919, en la ciudad alemana de Weimar, nace un nuevo proyecto pedagógico: la Bauhaus. Esta escuela de arte incorpora muchos de los postulados de las vanguardias, tiene profesores que provienen del expresionismo alemán y mantiene contactos con la escuela rusa Vkhutemas, con el constructivismo ruso de El Lisintski y con el holandés Theo van Doeseburg, promotor del movimiento De Stijl.

Su director, el arquitecto
Walter Gropius, firma el manifiesto fundacional. Entre otras cosas, dice:

“Antaño la ornamentación de la construcción era el principal propósito de las bellas artes, que se consideraban parte indispensable de la arquitectura. Pero hoy existen en un aislamiento complaciente, del que solo se pueden rescatar mediante la cooperación y la interacción consciente de todos los trabajadores.”

“No hay ninguna diferencia esencial entre el artista y el artesano.

“Creamos el nuevo edificio del futuro que unirá todas las disciplinas.

Walter Gropius, Manifiesto de la Bauhaus, Weimar, abril de 1919.

La Bauhaus permanecerá abierta solo catorce años, pero revolucionará la pedagogía del arte y cambiará para siempre la manera de entender la arquitectura, las artes plásticas, el diseño, el teatro, la decoración y la planificación urbanística.

2.
UNA NUEVA PEDAGOGÍA

“El arte no se puede enseñar. Tiene que volver al taller. “
Walter Gropius, Manifiesto de la Bauhaus, Weimar, abril de 1919.

 

La inscripción

“Serán admitidas todas las personas sin antecedentes, sin limitaciones de edad ni sexo
.”
Walter Gropius, 1919

Se inscribieron 84 mujeres y 79 hombres, que la selección posterior dejó en 51 mujeres y 61 hombres. Walter Gropius quería evitar que la Bauhaus adquiriese fama de escuela femenina de artes aplicadas.

 

Vorkurs

Los estudiantes pasaban por un curso preliminar (Vorkurs) de seis meses, del que se encargó el pintor suizo Johannes Itten, a quien más adelante sustituyeron Lászlo Moholy-Nagy y Josef Albers.

En el Vorkurs se enseñaba, sobre todo, a “liberar las fuerzas creadoras del estudiante”. Se animaba al estudiante a crear a partir de las percepciones subjetivas y de la experimentación con materiales, composiciones y colores. Itten no corregía ni rectificaba a los estudiantes, para no inhibirles la espontaneidad. Esta idea se convirtió en el eje pedagógico de la Bauhaus.

Los talleres

Tras el Vorkurs, los estudiantes se distribuían entre distintos talleres: piedra, madera, metal, cerámica, vidrio, tejido… Se encaminaba a la mayoría de mujeres hacia los talleres de tejido y cerámica. Los hombres, hacia la pintura, la escultura y la arquitectura. El profesor elegía libremente los contenidos de su taller.

Los estudiantes permanecían tres cursos en el taller y aprendían sobre la práctica. Los talleres eran comunidades de trabajo y de vida colectiva.

3.
MAESTROS DEL COLOR

Paul Klee y Vassili Kandinsky dirigían el taller de pintura libre. Kandinsky, además, también estuvo al cargo del taller de pintura mural.

La docencia de Paul Klee se basaba en la naturaleza. Pretendía explicar cómo opera y lo plasmaba en una superposición de técnicas artísticas. Preparaba las clases con mucho esmero y explicaba sus conclusiones sin imponer dogmas.

Kandinsky había estado en contacto con los vanguardistas rusos y con el sistema educativo surgido de la revolución soviética. Asimismo, había destilado una interpretación espiritual del arte, que plasmaba en una geometrización pictórica que perseguía la síntesis de diversos campos artísticos. Desde 1922 ocupó el cargo de subdirector y se quedó en la Bauhaus hasta el 1933, cuando los nazis obligaron a expulsarlo. Reivindicaba el color y la línea, y una abstracción que debía penetrar en la esencia de las cosas, donde la idea sustituía la belleza como objetivo del arte.

Gunta Stolz entró a estudiar en la Bauhaus en 1919. Destacó tanto en el taller textil que, en 1925, asumió su dirección. Casada con el arquitecto judío Arieh Sharon, los nazis lograron que Mies van der Rohe, director de la Bauhaus en 1931, le hiciese dimitir.

4.
FIESTAS MUY PRODUCTIVAS

En la Bauhaus, se respiraba un ambiente de libertad y creación. Había conferencias, poesía, música, bailes de disfraces, teatro, siempre con un ceremonial festivo.

Las fiestas formaban parte de la vida cotidiana inherente de la escuela Bauhaus y de su programa pedagógico.

“Las grandes fiestas, la Fiesta de los Farolillos, la Fiesta de las Estrellas, son inolvidables. Durante semanas y semanas los talleres trabajaron exclusivamente para estas fiestas. “

“Cada uno confecciona su disfraz, por lo que no hay nada parecido, o que se le pueda parecer de lejos.”
Schreyer Lothar, profesor del taller de escenografía desde 1921.

Las fiestas promovían el compañerismo entre maestros y estudiantes más allá del trabajo. Unían la colectividad y permitían criticar y ridiculizar aquello que provocaba tensiones.

En las fiestas también se burlaban de las tipificaciones teatrales. Esto se convirtió en semilla de un nuevo teatro donde ritmo, gesto, figura, atrezo, color, iluminación y sonido generaban sorpresas. Investigaban el espacio, sobre todo, en su interrelación con el arte y la tecnología.

La investigación culminó en la idea del Teatro Total, diseñado por Walter Gropius en 1926, que no se llegó a construir. La disposición del escenario podía cambiar y los focos o los proyectores convertían las paredes en imágenes en movimientos. El Teatro Total debía producir un impacto espacial generador de nuevas ideas, eliminar la barrera entre el espectador y el actor, y potenciar nuevas relaciones de participación, creación y tensión.

5.
UNA SEDE EMBLEMÁTICA EN DESSAU

En 1924 los conservadores ganaron las elecciones de la ciudad de Weimar y cortaron la financiación de la Bauhaus. La escuela tuvo que buscar un nuevo emplazamiento, que encontraron más al norte, en la ciudad de Dessau, sede de industrias modernas.

Walter Gropius diseñó el edificio que les acogería. Con varias alas asimétricas, fachadas blancas o cubiertas de cristal, el edificio se ha convertido en emblema del movimiento moderno.

En la nueva sede, se abrieron nuevos talleres, de trabajo del metal, fotografía, escenografía. En 1927, finalmente, se creaba el taller de arquitectura bajo la dirección del arquitecto suizo Hannes Meyer. Y fue él, también, el elegido por Walter Gropius para que les sustituyeran en la dirección, cuando Gropius dejó la escuela por culpa de las diferencias con el gobierno municipal de Dessau.

Walter Gropius había intentado evitar la politización de la escuela. En cambio, Meyer se manifestaba abiertamente de izquierdas. “Nuestro objetivo es servir al pueblo”, decía, y proporcionó a los estudiantes espacios para el debate político. Las subvenciones peligraron cuando se divulgó que la Bauhaus era un nido de radicales y Meyer tuvo que dimitir.

6.
DISEÑO E INDUSTRIA

En la Bauhaus, por primera vez, el diseño industrial se convierte en una profesión con sus técnicas, reglas y fines.

“Los talleres de la Bauhaus son laboratorios donde se desarrollan y mejoran continuamente prototipos de productos adecuados para la producción en masa. En estos laboratorios, la Bauhaus formará y educará a un nuevo tipo de trabajador preparado para la artesanía y la industria, que tenga un dominio igual de la tecnología y la forma. ”
Walter Gropius

La Bauhaus impulsa un estilo caracterizado por evitar ornamentos y reducir toda producción a lo esencial, con un uso racional y elegante de los materiales modernos. Esto se aplicará a lámparas, sillas, juegos de ajedrez, incluso a la tipografía.

Los productos tenían que compartir cualidades como durabilidad, ligereza y estabilidad, y que se pudieran desmontar y transportar fácilmente. La seriación industrial debía permitir poner al alcance del gran público objetos de consumo de calidad, con el objetivo de adaptarse a la vida humana y mejorar el mundo.

Entre otros, destacó Marianne Brandt. Tras estudiar en el taller de metal, en 1928 asumió su dirección y negoció contratos con la industria para producir en serie las lámparas que había diseñado.

Marcel Breuer también pasó a dirigir el taller de carpintería, donde se había formado. De ese periodo es su silla B3, la primera de tubo de acero para uso doméstico. Más adelante se establecería en Estados Unidos y firmaría edificios célebres como el Museo Whitney de Nueva York o el edificio de Unesco en París.

7.
LA ARQUITECTURA, EL OBJETIVO FINAL

“El objetivo final de toda actividad artística es la construcción!” Así encabezaba Walter Gropius su manifiesto de 1919. Pero no fue hasta abril de 1927, cuando empezó a funcionar el departamento de arquitectura de la Bauhaus.

Allí solo ingresaban los alumnos más avanzados. Y apostaron por dar prioridad a la función frente a la coherencia artística. Diseñaban de acuerdo con la actividad que debía alojar el edificio y con el entorno donde se tenía que construir.

Hannes Meyer, primer director del taller, puso el énfasis en los aspectos sociales. Durante su breve paso por la dirección de la Bauhaus, Meyer, además de priorizar el estudio de las necesidades de la gente y la búsqueda de la organización armónica de la sociedad, permitió que la Bauhaus se politizara. Ante el temor de que los estudiantes se radicalizaran, el alcalde de Dessau y algunos profesores presionaron para destituir a Meyer.

El arquitecto Mies van der Rohe, más conservador, asumió la dirección. Se prohibieron las actividades políticas y la arquitectura tomó preeminencia, pero en el diseño de viviendas individuales. Tenían que buscar la perfección estética con el mínimo de elementos.

La arquitecta Lilly Reich acompañó a Mies van der Rohe en la Bauhaus. Se hizo cargo del taller de diseño de interiores. Había colaborado con Mies van der Rohe en el Pabellón Alemán de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, la Villa Tugendhat de Brno o la Haus Lange de Krefeld. Los muebles de éxito que se atribuyen a Mies van der Rohe, como la silla Barcelona, se diseñaron durante los años en los que colaboraron.

8.
DE LOS NAZIS AL MUNDO

El ascenso de los partidos de derechas ya había empujado la Bauhaus a abandonar Weimar y fue el ascenso de los nazis en el Ayuntamiento de Dessau lo que obligó a cerrar la escuela. En octubre de 1931, profesores y estudiantes intentaron retomar sus quehaceres en una antigua fábrica de teléfonos de Berlín.

Mies van der Rohe hizo equilibrios con los nazis. Pero el 11 de abril de 1933 la policía y las SA sellaron los locales y arrestaron a 32 estudiantes. Incapaz de asumir las condiciones que el nuevo régimen le imponía, Mies van der Rohe se vio obligado a cerrar definitivamente la escuela el 20 de julio de 1933.

Y fue la persecución nazi la que esparció la filosofía de la Bauhaus por el mundo. Walter Gropius se fue a los Estados Unidos. Bajo el lema “menos es más”, Mies van der Rohe exportó allí una nueva manera de pensar la arquitectura y el diseño. Lászlo Moholy-Nagy abrió una New Bauhaus en Chicago. Seis antiguos estudiantes judíos se instalaron en Tel Aviv. Su obra e influencia lleva hoy a contar cuatro mil edificios de estilo Bauhaus en la ciudad.

En muchos otros campos, en el diseño industrial, el diseño gráfico, el teatro, el urbanismo.., la huella de la Bauhaus ha sido evidente. Y también, por supuesto, en la pedagogía de las bellas artes y las artes aplicadas.